En este blog no pretendo que tus ojos lean lo que quieren leer, solo expongo mis más sinceros pensamientos, mis dudas, mis sueños, lo que siente mi corazón en este instante. Desahogarme de esta forma creo que es más fácil que estar callada.

viernes, 26 de octubre de 2012

El primer amor es el que de verdad marca, y como aquellos meses dije: No te olvidaré nunca.
Te echo de menos tanto que se me hace duro hasta nombrarte. Lo evito siempre que puedo. Sigo sin entender porque todo acabó, pero así fue, aunque sabía que acabaría tarde o temprano, pero sigo sin comprender, sin aceptar, sin querer convencerme de que no hay vuelta atrás. Todo se acabó y te fuiste sin más. Sin dejar que me despidiera. Sin tiempo a que me diera cuenta y lo aceptara.
Y echo de menos tu risa y tu ironía.
Pienso en que no te pedí perdón por mis rabietas, por mis enfados ni por todas las cosas malas que pude hacer. En que no te dí las gracias por todo lo que me diste, por tu paciencia y por todos los buenos momentos.
Y entonces es cuando duele, cuando la realidad cae encima, cuando veo algo que me recuerda a ti y es entonces cuando me doy cuenta de que no habrá una segunda oportunidad y grito por dentro de rabia porque me enfada que no pueda ser. Sólo me consuela que a veces, en medio del silencio, me parece sentir tu olor y quiero creer que eso significa que te acuerdas de mi. Me consuela el saber que nunca hacían falta palabras, con una mirada o un gesto nos entendíamos y espero que supieras todo lo que no pude decir.
Pero aun así, te echo de menos. Demasiado. Sin preguntas ni explicaciones.
Daría todo por que estuvieras a mi lado. Que aunque ahora mismo lo hayamos dejado en una amistad, quiero poder tenerte a mi lado siempre, te echo de menos y que seguiré haciéndolo si no vuelves.

No hay comentarios:

Publicar un comentario