En este blog no pretendo que tus ojos lean lo que quieren leer, solo expongo mis más sinceros pensamientos, mis dudas, mis sueños, lo que siente mi corazón en este instante. Desahogarme de esta forma creo que es más fácil que estar callada.

lunes, 1 de octubre de 2012


El verano se está marchando, cuando quiero darme cuenta de ello ya debo llevar pantalones largos y las hojas de los árboles se van cayendo. El paraje ya no es colorido, empieza a cambiar lentamente a un marrón propio del otoño. He vivido muchas cosas este verano, he cambiado y he crecido. Desde el pasado invierno y este casi pasado verano he aprendido muchas cosas sobre la vida... -Todo lo que no había aprendido antes.
Pero este verano se lleva muchas cosas de mí, se lleva unos recuerdos marchitos, destrozados y tristes. Se lleva algo que nunca pensé dejar de lado, mi niñez. Se lleva amistades que pensé fuertes y cercanas. Se lleva palabras que me trájo el viento y caricias que se borraron con el tiempo. Pero sobretodo se lleva cicatrices y páginas en blanco.    -Todo lo que sobraba en mi vida.

Aunque no sólo se lleva sensaciones y partes de mí, también ha traído cosas maravillosas. Este verano he descubierto que cuento con dos pilares que me mantienen en pie incondicionalmente, algo que ya sospechaba, pero que al madurar quedó más que claro. Además he conocido a una persona que ha cambiado mi vida, una persona que me ha hecho creer de nuevo en el amor, que me ha hecho sentir algo que nadie antes había conseguido tan fuerte y a quien quiero por encima de todo. Todo lo que necesito para ser feliz.

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