En este blog no pretendo que tus ojos lean lo que quieren leer, solo expongo mis más sinceros pensamientos, mis dudas, mis sueños, lo que siente mi corazón en este instante. Desahogarme de esta forma creo que es más fácil que estar callada.

sábado, 9 de febrero de 2013

El pasado. Mi pasado.

Y me paro a pensar en el pasado, en todo lo que vivimos, en todo lo que juramos y todo lo que nos quisimos. Pero conforme va pasando el tiempo te vas dando cuenta que, ¿de qué ha servido estar todas aquellas noches llorando por el? ¿de qué ha servido sufrir tanto por alguien que no ha sabido valorarte? no ha servido nada de eso, porque al fin y al cabo por mucho que llores, por mucho que sufras, y por mucho que estés melancólica nada se arregla. Piensas que el mundo se acaba ahí, y que no merece la pena seguir a delante si no está él a tu lado haciéndote feliz como lo hizo hasta que se fue de tu vida.  Pero ya, cuando los días pasan sonríes más y no piensas tanto en el, y ¿porqué es eso? pues porque ya lo vas olvidando. Bien. Vamos progresando. Después de un mes y medio ves que está con otra, y tú ya creías que lo habías olvidado completamente hasta que los ves a los dos, agarrados de la mano, besándose y abrazándose  al igual que estuvo así contigo. Se te cae el mundo encima. Vuelves a caer. A llorar. A sufrir. Pasan dos meses, y ya asumes la realidad, que está con otra, y que tú solo eres una "amiga" más. Vuelves a pensar que no valió la pena estar jodida otra vez por el. Paso. Adiós a eso. Que sea feliz con la otra. Aunque sabes perfectamente que, tú has sido mejor que esa, y que todas las demás. Y que ninguna otra chica le va a querer tanto como yo lo he echo.

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