Y entonces
me di cuenta. En un instante supe todo lo que habías callado. Me has hecho
daño, nada volverá a ser igual. He sido una estúpida, lo sé. Me hiciste creer
que era posible, que esas miradas existían de verdad y que, por muy extraño y
absurdo que parezca, me querías. Ya no tengo fuerzas ni para llorar, estoy
perdida, sin ganas de seguir adelante con nada. ¿Sabes qué? Tú eras mi única
motivación.
Acabo de perder a la razón de mi existencia, ¿O quizá nunca la tuve?
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